En
estos momentos todos asistimos como espectadores incrédulos, impotentes, con
rabia a los continuos escándalos de corrupción que aparecen a diario en los
medios de comunicación.
Observamos
atónitos como lo políticos, guardianes de nuestro dinero, garantes de nuestras leyes,
no ocupaban estos cargos para salvaguardar nuestros interés, nuestro dinero,
nuestros derechos, “lo público”, lo que es de todos. Su única pretensión, su
único fin para desarrollar tan alto cargo, era su propio enriquecimiento
personal y el de su alrededor, sus palmeros, sus amigos, sus cómplices.
Estas
personas jamás hubieran estado ahí si no hubieran tenido el apoyo de los que sabían
y no hicieron nada, para nosotros igual de culpables, y de los que con nuestro
voto les pusimos allí, esta parte es la que más dolor e indignación me causa. Quizá
con nuestros votos rutinarios, costumbristas, sin plantearnos ni cuestionarnos
que se estaba haciendo, ni como ni quien, hemos ayudado sin saberlo a la
situación actual, mientras el dinero ha desparecido a espuertas, mientras todas
aquellas cosas que se tardaron en conseguir décadas se han ido deteriorando y
algunas desapareciendo.
Se han ido dejando por el camino a miles de
personas en situaciones penosas, sin casas, sin trabajo, sin ilusiones y lo más
triste sin esperanza. Es cierto que ha habido una crisis brutal, que ha
golpeado sin piedad, con dureza, sin clemencia, pero a la vez una crisis
desigual, muy desigual. A la par que unos perdían mucho o todo, otros se enriquecían.
Ojalá todo
esto nos haya enseñado a estar expectantes, vigilantes, a no
bajar la guardia, a defender lo nuestro antes de que nos lo quiten, a no dejar
nunca de luchar, y sobre todo a vigilar, a exigir honradez, trabajo, esfuerzo,
y lealtad a los que cada cuatro años les
damos nuestra confianza, depositamos en
sus manos lo nuestro, “lo público”, lo que tanto dinero y esfuerzo nos cuesta
conseguir.
Se
acercan nuevas elecciones en esta nuestra Universidad, y digo nuestra porque es
de todos, todos contribuimos a su mantenimiento.
Su
actual Dirección a cargo del Sr. Conde, será bien recordada durante mucho
tiempo, entre otras cosas por arruinar la vida de 301 personas, por
arrebatarles de un mazazo sus esperanzas, sus ilusiones, su medio de vida, en
un momento duro, difícil, casi trágico. Todos sabemos y recordamos las palabras
y compromisos del Sr. Rector en su anterior campaña electoral, y por desgracia
también sabemos cómo y de qué manera las incumplió.
Para
tan alto encargo, “el despido de 301 trabajadores” se rodeó de un buen equipo. La
Sra. Gerente a la que todos conocemos, una Gerente que una tarde en el patio del
Rectorado se dirigió a nosotros mirándonos a la cara, sin pestañear, sin ninguna empatía y nos
dijo que ella no se sentía culpable de estos despidos, de esta situación. A su
lado estaba la Sra. Vicegerente, también la conocemos como no, una sindicalista
de larga trayectoria y bien conocedora de un sindicato. Una sindicalista que
como un rayo, que con la rapidez que cruza el cielo una estrella fugaz, deja a
sus compañeros y amigos de tantos años de lucha obrera, para ser el brazo
derecho de una dirección que ha ejecutado la mayor desgracia ocurrida a los
trabajadores de esa Universidad.
En
este proceso no nos olvidamos de los que con su apoyo y su voto, fueron
colaboradores necesarios para llevar a cabo esta injusticia, Vicerrectores,
Directores, Catedráticos, Profesores.
Algunos
ya no están, se jubilaron, se marcharon, encontraron otros caminos, como
nuestro Vicerrector Sr. Moreno, en estos momentos hombre electo de PSOE, y trabajando junto al Sr. Gabilondo, los dos, grandes conocedores del mundo universitario.
Que
paradojas tiene la vida! El Sr. Moreno estaba en el Consejo de Gobierno que nos
echó y estamos seguros de que está en el puesto que hoy ocupa con alguno o
muchos de nuestros votos.
Espero
que desde este noble
cargo y como representante de esas siglas políticas, no nos olvide, piense en
nosotros, y ponga todo su empeño en revertir una situación que está próxima a
cumplir 3 largos años. Que como depositario de lo nuestro “lo público”,
recuerde las promesas que ha hecho, y que haga recordar el compromiso que él,
junto con el Equipo de Gobierno actual de la UPM adquirieron en el triste
Consejo de Gobierno de Marzo de 2013, y no me refiero a despedir a 301 trabajadores,
que esto se ejecutó con rapidez, me refiero a la creación de una bolsa de
trabajo para recuperar lo antes posible a estos trabajadores.
Terminamos
con una esperanza, con un pensamiento positivo, seguimos creyendo en las
personas, estamos seguros de que en la instituciones públicas, y en esta
Universidad también, hay gente valiente, comprometida, con ganas de trabajar
por una Universidad mejor, y con vocación de servicio, Directores, Catedráticos, Profesores,
Trabajadores, Alumnos. Os esperamos.